Muchos de los síntomas digestivos pueden ser producidos por trastornos de la vesícula biliar: náuseas, vómitos, dolor abdominal, digestión lenta y pesada, diarrea… Por ello, una de las primeras pruebas que se realiza cuando un paciente acude a la consulta de digestivo, es una ecografía abdominal, que permite valorar si existe algún problema con la vesícula biliar y, además, valorar otros órganos abdominales.
Los pacientes operados de vesícula biliar también pueden presentar síntomas debido a que la bilis puede pasar al intestino mas rápido o en mas cantidad. Todos ello requiere una valoración adecuada por un médico experto en el manejo de estos trastornos.