Se trata de una técnica para evaluar las enfermedades del esófago, estómago y duodeno (síntomas como dificultad para tragar, molestias al tragar, ardor, dolor al tragar, dolor de estómago, dispepsia, digestión lenta y pesada, náuseas y vómitos, sangrado digestivo, anemia, sospecha de enfermedad celiaca y otros). Consiste en la introducción de un “tubo” flexible por la boca con una cámara de video. La prueba se realiza bajo sedación profunda (es decir, el paciente no siente nada) y dura unos 5-6 minutos.
No se requiere ninguna preparación especial para la prueba, salvo estar en ayunas durante 6 horas antes.
Durante la prueba se pueden tomar biopsias de distintos tramos para diagnosticar determinadas enfermedades.